Reinventar el periodismo en la era de las redes digitales


Lo nuevo y lo que pervive en la profesión del periodismo en la era de las comunicaciones digitales interactivas.

Por: Juan Carlos Acebedo*

Cada comienzo de año, cuando se acerca el 9 de Febrero, los medios suelen dedicar un espacio a la reflexión sobre el oficio y la profesión del periodismo. En esta ocasión, es preciso esbozar posibles respuestas a interrogantes que hoy se plantean con mucho énfasis en todo el globo: ¿Sobrevivirán el oficio y la profesión del periodismo en la era de Internet y de las redes sociales? La pregunta misma es un síntoma de la perplejidad con la que asistimos a las hondas transformaciones en el periodismo y en la cultura cotidiana que traen consigo los avances tecnológicos en el ámbito de las comunicaciones.

Sostengo que el buen periodismo pervivirá y se hará cada vez mas necesario para las sociedades democráticas- y para nuestra sociedad regional en particular-, pero que las condiciones en las que se ejercerá continuarán modificándose y, en cierto modo, deberán reinventarse.

Con la masificación del acceso a Internet y de los celulares inteligentes, junto a la expansión de las redes sociales, asistimos a la emergencia de los usuarios que ya no solo consumen sino que producen información y la compartan con sus redes de contactos o en el espacio público. Usuarios que tienen acceso virtual a múltiples fuentes de información y ya no se conforman con una sola versión de los hechos. Nuevos términos como periodismo participativo y periodismo ciudadano intentan dar cuenta de estas mutaciones. Los periodistas ya no están solos como proveedores de información, pero siguen siendo los llamados a distinguir entre los rumores y los hechos verificables, y deben aprender el arte de escuchar la incesante conversación que los ciudadanos entablan en las redes digitales, para encontrar aquellos temas e informaciones que sean de mayor relevancia para el interés público.

En América Latina se está pasando de un enfoque basado en el concepto de la libertad de prensa (que cada vez se asimila más al de libertad de las empresas periodísticas), a otra visión basada en el concepto del derecho a la comunicación, entendida como un derecho fundamental de los ciudadanos en una sociedad democrática. Nuestro país tiene el reto de ponerse al día con los procesos que favorecen la democratización de la comunicación y de los medios, y estimulan la pluralidad de los sujetos y grupos sociales que ejercen el derecho a la palabra e intervienen en los debates públicos.

En este paisaje cambiante y móvil, ¿que debería permanecer y pervivir como parte de las tradiciones más valiosas del buen periodismo? ¿Qué valores y prácticas del pasado deberían actualizarse y reclamar su vigencia en los nuevos contextos comunicacionales?

En primer lugar, la sociedad seguirá requiriendo del periodista como profesional de la información, que verifica y comprueba los datos, que separa los rumores de las versiones verificables sobre lo que acontece, y que en el torbellino de la actualidad sabe distinguir lo trascendente de lo pasajero. En segundo lugar, los ciudadanos reclaman que la prensa cumpla con la función fiscalizadora de los distintos poderes, que actúe con independencia de estos y que su único compromiso sea con la verdad y con los ciudadanos que ejercen su derecho a informar y a ser informados sobre lo que concierne e interesa a todos.

Por último, el periodista debe distinguirse por su notable capacidad de narrar, de contar historias verdaderas para públicos no especializados, aunque ahora podrá hacerlo en variados formatos y soportes, no solo impresos o audiovisuales, sino también digitales, multimediales. De este modo, alimentará las conversaciones cotidianas entre los ciudadanos sobre lo público, lo que interesando a todos adquiere una mayor visibilidad social. Un nuevo contrato entre ciudadanos- como nuevos productores de información y de contenidos comunicativos- periodistas y medios, estará en la base del nuevo ecosistema informativo que nos permitirá avizorar los contornos de una sociedad que sea capaz de superar la guerra fraticida y alcanzar la paz duradera y un desarrollo sustentable basado en la equidad y la inclusión social.

Neiva, 3 de febrero de 2014

*Decano de la Facultad de Ciencias Sociales y Humanas de la Universidad Surcolombiana.

Acerca de juancarlosacebedo

Soy un docente e investigador colombiano en los campos de la comunicación y la cultura, adscrito a la Facultad de Ciencias Sociales y Humanas de la Universidad Surcolombiana. En la actualidad, indago sobre las nuevas funciones de los lectores/usuarios de la prensa digital y los procesos de configuración de la identidad política de los lectores. He publicado dos libros: "Entre el vértigo y la memoria. Prácticas periodísticas y representaciones sociales en los medios de la región surcolombiana" (2005); y "El apetito de la injuria: libelo, censura eclesiástica y argumentación en la prensa del Huila (1905-1922) , en el 2008.
Esta entrada fue publicada en derecho a la comunicación, Ecosistema comunicativo, Funciones del lector, Lector/usuario digital, Lo público, periodismo, Periodismo digital, prácticas de lectura, Redes Sociales y etiquetada , , , . Guarda el enlace permanente.

Deja un comentario